viernes, 6 de febrero de 2009

MIS ABUELAS

Lola/Lala

Creo que ninguna de las dos pensó cuando chicas, una en el sur de Chile y otra en el centro del país, que su nieto mayor podría volar miles de kilómetros en avión y llegar a estar en Juan de Herrera, San Juan, República Dominicana…. Pero la vida las junto y qué bueno que las juntara.
Mis abuelas, la mamá de mi papá y la mamá de mi mamá, dos mujeres que hoy desde el cielo deben estar haciendo sus cosas favoritas…. La abuela Lola debe estar pasando el chancho temprano, teniendo su casa ordenada y cocinando cosas ricas como galletas, calzones rotos o conservas para compartir y guardar para la gente que ala acompaña; y mi Lala que debe gozar de un mar azul, que en verdad es el cielo, que envés de tener espuma de olas reventando, tiene nubes, debe nadar todo el día, enseñándole a los que no saben, y en los ratos que pude hace galletas de limón, termina sus puzles y termina el día contándoles el cuento de la niña que se cae en la selva peruana en un avión y se salva por comerse los dulces que el papá le mando de regalo y caminar río abajo.


Mis abuelas, eran tan diferente, pero lo mejor es que las quiero….. Es más cuando murió mi abuela Lola, fue la primera vez que me arrepentí de no demostrar los sentimientos de cariño, ya que nunca antes se me había muerto un ser querido y nunca por mi edad y los momentos le pude decir gracias o te quiero, al contrario con mi Lala, me pude despedir, le pude agradecer sus gestos, sus momentos, Algarrobo, el amor demostrado con mi tata, el cuidado, todo……Al final ambas de distinta forma me hicieron crecer, y mediante sus hijos me enseñaron dos cosas que hoy creo me pueden definir, una es el ORDEN, de la abuela Lola, el segundo (no es por orden de importancia) el CUIDADO POR EL OTRO de la Lala.


Abuelas, mujeres diferentes, madres, Algarrobo/Cantarrana, Paz de mar/Vida de campo, Trabajo de tinturas/Simpleza de canas, Mamá/Papá, Familia/Familia, Tartaletas/Galletas, Tierra/Cenizas. Todo esto nace gatillado por la conversación de hoy en la mañana con Dolores, mi jefa, mi mai de crianza de Dominicana….. Sigan cuidándome desde el cielo, yo desde la tierra con su arroz con leche y su medallita de graduación las ciento a mi lado.


TE QUIERO/TE QUIERO
LAS QUIERO




viernes, 12 de diciembre de 2008

COMIDAS

En dominicana he bajado de peso, ahora me preocupa un chin. Lo que más me preocupa es que hemos comido mucho y rico, para una muestra ayer en la noche. En la tarde me toco visitar la comunidad de Las Jaguas, por unos prestamos solidarios para silos metálicos, ahí nos regalaron unas auyamas (zapallos), llegando a la casa, donde estaba solo, me preopuse regalarle a mis hermanos de crianza una rica comida. Les iba a hacer una tortillas de zanahoria, berenjena y atún, con pure de auyama, mientras cocinaba me comí un vaso grande de yogurt con lechosa (papaya dominicana) con cereales, que estaba de pelos.

Comimos y mucho, aparte la Ele hizo una ensalada de tomate, que rico..... Luego de eso me comi otro vaso de yogurt, lo que no basto pq a media noche me comí otro vaso, ya que me desperte con el regreso de la luz.

Un día común nos comemos al desayuno un vaso de yogurt con cereal, pan con huevo frito o mermelada, al almuerzo, la gran mayoria de los días preparamos en Fundasep algo pa comer, que termina con un café con unos concones (galletas de coco) que son muy ricos. En la tarde comemos yogurt, a veces cervezas, con chimis o pizza y en la noche una buena comida. Si a eso le agregamos la fruta, sobre todo citricos que comemos en el día.

Esa es la comida, mejor dicho nuestro regimen, ´pa la otra les mando recetas caribeñas

martes, 9 de diciembre de 2008

IDOLOS

Muchas veces desde chico, pensaba que alguna vez tenía que buscar y escribir, él porque yo era de la Cato, siendo que mi familia directa son todos Chunchos. La respuesta se la debo a un par de personas que por su notable desempeño en el campo de futbol, marcaron mi vida, dejándolos a nivel de ídolos.
El primero es el Mumo Tuper, si el que se mato en Costa Rica, cuando la Cato estaba en gira. Es importante hacer ver que el Mumo no era de los dotados técnicamente, pero su entrega, su forma tan cruzada de jugar, el ser un caballero dentro de la cancha, lo hacían ser un jugador especial, era un símbolo cruzado. Como olvidar ese gol que le metió al Rambo Ramírez en la final del campeonato, que golazo, aunque en verdad creo que no tiro al arco, pero que importa, si como dicen los relatores de futbol, los goles no se merecen se hacen, y el dejo al “rubio” rambo sin posibilidad de atajar y a ese equipo del indio sin la copa.
Tampoco podre olvidar ese día de vacaciones de de invierno, cuando estaba lavando la loza en Algarrobo, después de un almuerzo con mis hermanos y abuelos, y en las noticias del canal 7, dieron la lamentable noticia de que se había tirado del último piso del hotel. Confieso que no llore, pero sentí mucha pena, me imagine de inmediato a los otros jugadores de la Cato, la pena que deben haber sentido, jugadores como el Capitán Mario Lepe, el Pato Toledo, Ricardo Lunari, Ahumada, Charly Vásquez, Luis Pérez, el Beto o el Pipo, o antiguos compañeros como el Vieja Reinoso, que fuerte debe haber sido para ellos. Más rabia o pena sentía cuando en el estadio le cantaban que se creía Super Man, que poco respeto existe en el mundo del futbol, en verdad entre las hinchadas.

El otro grande, el que creo que me marco más fue Jorge Koke Contreras, si, el que un día 9 de octubre cuando Chile jugaba en Paraguay por las eliminatorias tiro el córner que el Cabeza de Muela Margas conecto de testa e hizo el gol, que al final poco sirvió porque perdimos 2-1, pero creo que ese fue el último partido que vi jugar al Koke, y fue bueno ya que su pegada era única por su fuerza, pero más admirable aun, por la precisión, que era de temer.
Koke creo que no puedo contar los goles y los palos que vi o escuche después de un tiro libre tuyo, pero tengo dos imágenes que jamás se me olvidaran. La primera es un día sábado de principios de año, me parece que una Copa Chile, la Cato jugaba en el Santa Laura, en esas inolvidables jornadas dobles o triples, que se daban porque la violencia en el estadio no existía.
Me acuerdo que estaba en mi casa, escuchando la radio, debe haber sido una Copa Chile, porque era el tiempo de la bonificación de puntaje al marcar más de tres goles, cuando aun el que ganaba solo obtenía dos puntos. Corría el segundo tiempo, los comentaristas dicen que en el banco de la UC, se prepara alguien para entrar por el Koke, de fondo suena el tin tin, “cambio en Universidad Católica, sale Jorge Contreras, entra……..” justo hacen un full cerca del área rival y tu pides el tiro libre antes de salir, desde ese momento el tiempo paso muy lento, tomaste la pelota, la ubicaste pensando en que ángulo del arco pondrías el balón, la barrera y el arquero se preparo, pero no sabían que todo su esfuerzo seria en vano, ya que tú con la potencia y precisión característica pusiste el balón dentro de la red, un GOLAZO. Lo mejor fue que ni festejaste con el equipo, te fuiste de inmediato a camarines, ya que tenían que hacer el cambio. Eso es un verdadero ídolo, como los de antes, como el Beto, el Pipo, Super Man Vargas, Leo Rodríguez, Coto Sierra, el Cabezón Espina, los que jugaban con el corazón y no aparecían todos los días en la farándula, como Pinilla, pintaba para bueno, pero el ron se lo comió.

La otra imagen, no termino en gol, pero fue por suerte. Estábamos en la liguilla para la libertadores, jugábamos con Concepción, los equipos entraban después del entre tiempo, yo estaba sentado junto a mi papá en la Tribuna del Nacional. En el arco de los Lilas estaba el Loco Villamil, que se fue calmadamente bajo los tres palos, cosa que al árbitro no le importo y dio el pitazo inicial, tú con tu viveza viste que el Loco no se encontraba bien parado y pegaste un zambombazo, paso tan cerca del travesaño, Villamil alego al árbitro, sin conseguir nada.

Qué bueno que al fin cumplí con lo que alguna vez de niño me propuse, viendo ahora el porqué no sigo tanto a la Cato, lo que no quiere decir que me cambie de equipo, porque eso jamás pasara, se debe a que ahora las “FIGURAS” del futbol, no son IDOLOS, juegan un par de partidos bien y los quieren vender, así los queman o se van a jugar a países en que las ligas parecen buenas, pero que no tienen la cultura del deporte Rey.

Mumo y Koke gracias por el futbol de antes, también agradezco al resto de futbolistas de la época, con ellos goce de un espectáculo que hoy en Chile cuesta ver.

MI TITINA

Tengo que partir pidiéndole a mis hermanos Nicolás y Martin, que no se enojen por lo que escribo acá sobre la Danita, ustedes dos han tenido la suerte de tenerla como una mai (madre) cuando fueron chicos, porque después de la mamita Pame, la Dani es la que más los ha cuidado y más los cuidara. Aparte a ustedes igual los quiero un millón.

Hermanita, Titina, Gordita, Huevota, Danita, Toñita, Doctora, Amiga, Soñadora, Viento para muchos remolinos…… Nacimos con menos de un año de diferencia, llegaste cuando aun no recuerdo, por lo que nos cuentan, fui el primero que trato de darte alimento, tu queso azul, gracias a Dios que no te lo di. Desde el 2 de octubre de 1982, tengo un ángel a mi lado, la que cuando chicos soporto ser arquera en partidos de futbol, no ser presidenta del club, porque con el nico hacíamos complot para votar por alguno de los dos, que soporto ser molestada, pero que aprendió a defenderse, que jamás fue rencorosa, que nos presto sus cariñositos para jugar futbol en invierno dentro de la casa, la que jamás olvida una fecha importante, la que siempre fue, es y será la princesa de la casa, la mimada del papá, la que con su sonrisa y forma de ser se merece todos los regalos del mundo, aunque de dominicana solo te regalare un negrito, tu hermano, que llegara dentro de unos meses con millones de aventuras para contarte mientras comemos sushi y disfrutamos de caminar bajo la lluvia, como una de las últimas veces que fuimos a comer en plaza Ñuñoa.


Como le dije a la mamá en un correo, uno solo puede extrañar lo que siente lejos, pero a ustedes, a ti, al nico, al cabeza, a la sapamela y a tito, los siento a cada momento. Cada niño que veo, es ver tus manos, tu tiempo, tus ganas de ayudar a los cukinis y apretar los cachetes.

Sabes porque comencé esta carta, por esa foto(que pueden ver más abajo) que de la mano, una mano que no sabe de distancias, pero que si sabe de amor y compañía, nos dimos desde chicos en un pasaje sin pavimentar y que hoy después de 26 años, no se suelta, que siempre está ahí, conectados por esas estrellas, la forma que tenemos para comunicarnos, porque la luna es solo una y a veces no la podemos ver, pero las estrellas son millones, como nuestras aventuras y sueños, y nos sirven para saber del otro.


Mi hermana, mi hermana chica, disfruta de tu Viña del Mar, junto al mar, que tantas vacaciones nos llamaba en Algarrobo a estar juntos, disfruta y goza de tus amigos y jamás olvida que eres mi hermana y que no dejare de quererte y por montones, porque ERES LA MEJOR.

TU TITINO

lunes, 8 de diciembre de 2008

ARROZ CON LECHE

Que rico postre, y una manera de comer arroz en dominicana.

Confieso que la receta no es mía, es de la Verito, y con aporte de mi mai.

Ingredientes:
1 litro de leche entera
1 taza de arroz. Ojo- Lavar el arroz para eliminar el almidón.
1 taza de azúcar.
Cascara de naranja
Canela

Preparación:
Poner en una olla la leche, el arroz lavado y el azúcar. Colocarlo a fuego lento, muy lento, se debe tener paciencia y cuartos (plata) para el gas. Revolver constantemente y luego del hervor poner la cascara y la canela. No se bien cuanto tiempo toma en estar listo, lo que si es que deben probar que el arroz este blando.

Es muy rico, ayer domingo 7 de diciembre lo prepare por primera vez, quedo muy rico, la gracia es que me recordo a Chile, mi despedida, las idas al campo.

La próxima receta será de una comida dominicana.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

¿ QUÉ PASO?

Muchas veces he tratado de buscar una respuesta que me deje tranquilo y cada vez quedo más enrredado, no sé que fue, pero dentro mío, aunque no lo quiera asumir por completo, existe una gran duda, un vacío, que en ocasiones se transforma en frustración y miedo.
Buscar un culpable es lo primero que se me viene a la cabeza, aparecen nombres, lugares, caras y canciones, pero sé que en ellos no está lo que busco, ellos solo aumentan esa frustración, sin dar respuestas. La culpable es una, y la nombro como culpable no por el hecho de que se perdiera el amor, o porque quisiese seguir su camino, eso no es la culpa de mi duda o de mi vacio.
La culpa existe cuando uno sabiendo que está haciendo algo mal lo hace y más culpable es cuando teniendo la posibilidad de afrontar esa culpa, la esconde y miente, como dirían los abogados es culpable con alevosía.
¿Por qué mentir después de tanto tiempo? ¿No existía la confianza? ¿Dónde quedo ese supuesto amor? ¿Si ya no existía el amor, no quedaba algo de respeto?
Las heridas cuando se están cerrando deben ser curadas y drenadas para que las impurezas que pueden quedar dentro salgan y no provoquen el colapso después de cerrada la herida.
No le echo la culpa al amor, ni a todos esos momentos juntos. Fue el amor que nos tuvimos y el tiempo que lo cuidamos, el que guardo y valoro. Es el amor y cariño de otras formas que me ayudaron a limpiar las lagrimas y estar hoy en un proceso de crecimiento y sanación.
En el futuro quiero volver a vivir ese amor, a entregar y recibir lo mejor y peor de cada uno. No tengo miedo amar, miedo le tengo a la mentira.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Cuento

Este cuento lo escribí hace un año, lo pongo en el blog para cerrar un proceso que me hizo crecer y que debe dar paso a esto que estoy viviendo.
MI MOTA DE AMOR

Esta es una historia de amor, pero no de ese amor que cualquiera puede tener, es un amor especial…… Les cuento la historia, que escuche tras un arduo día de trabajo y que empieza así……

Eran días de calor en la hacienda, los campos desbordaban de alegría, ya que se encontraban llenos de copos del oro blanco, los que eran indicios de tiempos mejores para aquellos esclavos que cosechaban con mucho cuidado, cada mota de algodón que crecía en los árboles.

La familia Ñote, esclavos que por más de tres generaciones habían trabajado en la hacienda, vivían en una pequeña choza al lado del río, junto a un gran sauce, escondite del pequeño Ña, quien trepaba por sus largas ramas para ver como sus hermanos domaban los caballos del dueño de la hacienda.

Su abuelo, un hombre muy sabio y de muchas historias, emigro desde lejanas tierras para buscar un mejor pasar, pero solo encontró látigos de esclavitud y penas de soledad. La única alegría era su familia; su hija, una mujer que brotaba amor y paz como los manantiales de la cordillera, casada con uno de los hombres más trabajadores de la hacienda; él se levantaba de madrugada, cuando la luna aun se encontraba en el estrellado cielo, a ordeñar las vacas y luego se dirigía a la choza a prender el fogón, para comenzar el laborioso día de trabajo. Los hermanos de Ña, dos hombres y una mujer, se dedicaban a los trabajos del campo, los hombres trabajaban con los animales y la mujer, recolectaba hierbas medicinales para ayudar a la enfermera de la hacienda que atendía a los hombres que exhaustos, caían rendidos bajo el fuerte sol.

Ña, era un niño inquieto, que por su corta edad no podía trabajar en el campo recolectando motas de algodón, y por lo tanto acompañaba al abuelo en las labores de la casa, así disfrutaba de sus historias, que contaban de una tierra lejana donde los hombres caminaban libres, sin ataduras, podían disfrutar de vientos con aromas de amor, donde trabajaban recolectando frutos y en las noches disfrutaban alrededor del fuego de un sabroso pescado asado.

El niño creció soñando con esa libertad que le contaba su abuelo, y no podía entender porque en la hacienda existía gente que se veía obligada a trabajar sin descanso, bajo un caluroso sol y condiciones inhumanas. Fue así como Ña, tuvo que entrar a trabajar recolectando algodón, su madre le enseñaba la técnica….”Mi negrito, recuerda, debes cortar las motas como si fueran esas lindas nubes, debes ser suave y tener mucho cuidado, piensa que son pequeñas ovejas que corren por un verde campo…….”

Ña aprendió muy rápido de la cosecha, por su agilidad podía subirse a los árboles y tomar las motas de algodón que se encontraban en lo más alto, desde esa altura podía ver todo el campo, que se extendía hasta más allá de lo que abarcaban los negros y brillantes ojos del niño. Con el trabajo, Ña, aprendió a que en la vida las cosas tienen un valor y que en algunas ocasiones las que más trabajo conllevan son las que más se valoran.

Un día de esos, en que el sol golpeaba con toda su fuerza las cabezas de los trabajadores, el menor de los Ñote se encontraba cosechando algodón, trepado en lo más alto de un árbol, y con su cesta a medio llenar, trataba de alcanzar las motas que colgaban en las últimas ramas, al tomar la que se encontraba más alejada, se dio cuenta que esa mota era algo especial, que no era igual al resto de las que había cosechado, con mucha curiosidad, la tomo con cuidado, tal como si fuera uno de esos huevos, que de vez en cuando robaba desde los gallineros de la hacienda, la echó en el bolsillo de su viejo pantalón, diciendo: “Esta será mi mota de algodón, la guardaré y cuidaré mucho……” , para luego comenzar a descender desde árbol. Por miedo a que lo retaran por guardar su mota de algodón, la escondió muy bien, hasta que escucho la campana que indicaba el fin de la jornada de trabajo, cuando impaciente por ver su secreto especial, corrió hasta el sauce junto a su casa, trepo muy rápido hasta llegar a su rama favorita, y acomodándose, saco con el mayor de los cuidados su tesoro del bolsillo. Lo quedó observando atento, viendo todos los bellos detalles de su mota, esto le hizo recordar las historias del abuelo, sobre esas bellas piedras que por sus hermosos colores y formas sacaban desde los cerros para vender en las ferias de su pueblo natal.

El blanco intenso y luminoso de la mota, provoco en Ña, una paz interior, un descanso del alma, sentía la misma sensación que cuando soñaba que caminaba sobre las nubes, una alegría de poder ver la tierra desde lo más alto, sin miedo a caerse porque sabía que estaba seguro. Con curiosidad acerco la mota a su nariz, inspiro muy hondo, como si fuese a tomar su último respiro antes de tirarse un piquero al río, al oler, sintió un dulce aroma, que le recordó a esa comida que su mamá preparaba con maíz y melaza, que cada vez que ponía sobre el fuego, saltaban de la olla y parecían pequeñas motas de algodón, ese olor se mezclaba con otros olores que le eran conocidos, como las flores que crecían en el cerro y que tanto le gustaban a su hermana mayor. Con la paz, la seguridad y un sentimiento que nunca antes había sentido, Ña, se quedó dormido sobre la rama del árbol. Al caer la noche, despertó con los gritos de sus hermanos, que asustados habían salido a buscarlo, bajo de la rama y entro rápidamente en la choza, su padre lo reto, su madre preocupada le pregunto sobre que había hecho durante toda la tarde, Ña, no pudo contestar nada coherente, solo salio de entre sus labios, una palabra…….AMOR.

Así pasaron los días y Ña cuidaba mucho de su mota. Para que no se aplastara, la puso dentro de un frasco de vidrio y la tapó, para que no se le fuera a perder. Durante el día, mientras iba a cosechar más algodón, escondía el jarro bajo su cama de paja, y en la tarde mientras ayudaba en las labores de la casa, la ponía en la ventana para que los últimos rayos de sol, la ensalzara y así tomara un color blanco brillante, que encandilaban los ojos del niño, y que le producía una alegría y energía muy grande.

Un día de verano, tras bañarse en el río junto a sus hermanos mayores, Ña, tomo el frasco con su mota y escaló a su escondite en el sauce. Pasó mucho tiempo solo mirándola y en un momento destapo el frasco y la puso en su palma derecha, diciendo: “Pelusita, ya tenemos mucho tiempo juntos, te he aprendido a querer, me has traído mucha suerte en la cosecha, me has protegido, tu belleza me deslumbra y cada vez que te veo me siento muy feliz de haberte encontrado en aquel árbol”. Justo cuando terminaba la frase, sintió que una brisa acariciaba su espalda y sin poder cerrar su mano derecha para proteger a su motita, vio que su motita flotaba por el viento, trato de atraparla, pero le fue en vano. En un comienzo sintió pena, soltó unas lágrimas, y luego con mucha serenidad se quedó sintiendo el viento que se había llevado a lo que el tanto amaba.

Ña, soñaba todas las noches en su pelusita, en su motita, quería saber de ella, a que lugar se la había llevado ese viento, saber si había quedado agarrada en otro árbol o si por casualidad estaba esperando ser encontrada por otra persona. Pasaron meses y el niño soporto la perdida, trepaba de vez en cuando al sauce, con las ganas de volver a ver a su motita en el horizonte.

Ya se terminaba el verano, el sol se escondía cada vez más temprano, la cosecha de algodón estaba llegando a su fin, los árboles comenzaban a botar las hojas y Ña, tenia recuerdos de su motita, cada vez que se acordaba de ella, sentía que el pecho se le iba a reventar, que su corazón se llenaba de amor y que en algún momento aparecería suspendida en el aire su hermosa alegría. Así paso el tiempo, y un día cuando Ña cortaba unas flores en el cerro, sintió una brisa con un olor que le recordó a su motita, el niño cerro los ojos, se acostó sobre el verde pasto e inspiro profundamente, la mente se le lleno de colores y paz; y de repente, sintió que en su mano izquierda se posaba el amor, la alegría, la paz, el cariño, el compromiso, la amistad, la paciencia, el compañerismo y la sinceridad. Sin titubear cerro su puño y con algo de miedo acerco su mano a los ojos, los abrió junto con su puño y vio que sostenía a su motita….”Mi mota….”, grito Ña, su cara se lleno de alegría, se paro y salio corriendo a su hogar.

La historia dice que Ña nunca volvió a sentir pena y frustración, que fue una de esas personas que junto con su Motita demostraban que el amor existía y que se podía vivir con alegría….